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fuz. ¿cuánto mas á vosotros hombres de

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poca fe?

queis à los 31 Asi que no vayais diciendo Peman, si acongojados: ¿Dónde hallarémos quexeis que comer y beber? ¿Dónde halla ́ex Juzgados. 32 como hacen los paganos, los

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remos con que vestirnos?

cuales andan ansiosos tras todas es-
tas cosas; que bien sabe vuestro Pa-
dre la necesidad que de ellas teneis.
33 En fin, buscad primero el rey-
no de Dios y su justicia, y todas
las demas cosas se os darán por
añadidura,

34 No andeis pues acongojados
por el dia de mañana; que el dia
de mañana harto cuidado traerá por
sí: bástale ya á cada dia su propio
afan ó tarea.

CAP. VH. Concluye Jesus su sermon admirable: advierte que no se debe juzgar mal del prógimo; y que no deben darse á los indignos las cosas santas: habla de la oracion y perseverancia en ella: de la caridad: de cuán estrecho es el camino del cielo de los falsos profetas: de que por los frutos se conoce el arbol; y del edificio fundado sobre peña,

ó sobre arena.

A

1. No querais juzgar si quereis no ser juzgados,

2 Porque con el mismo juicio que juzgareis habeis de ser juzgados; y con la misma medida con que mi

diereis sereis medidos vosotros.
3 Mas tú ¿con qué cara te pones
á mirar la mota en el ojo de tu her-
mano, y no reparas en la viga que
está dentro del tuyo?

4 O¿cómo dices á tu hermano: deja que yo saque esa pajita de tu ojo, mientras tú mismo tienes una viga en el tuyo?

5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás cómo has de sacar la mota del ojo de tu hermano.

6 No deis á los perros las cosas santas, ni echeis vuestras perlas á los cerdos; no sea que las huellen con sus pies, y se vuelvan contra vosotros y os despedacen. 7 Pedid, y se os dará : buscad, y hallaréis: llamad, y os abrirán. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

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vos modicæ fidei? 31 Nolite ergo soliciti esse, dicentes : Quid manducabimus, aut quid bibemus, aut quo operiemur? 32 Hæc enim omnia gentes inquirunt. Scit enim Pater vester quia his omnibus indigetis. 33 Quærite ergo primùm regnum Dei et justitiam ejus, et hæc omnia adjicientur vobis. 34 Nolite ergo soliciti esse in crastinum. Crastinus enim dies solicitus erit sibi ipsi. Sufficit diei malitia sua.

CAPUT VII. 1 Nolite judicare, ut non judicemini. 2 In quo enim judicio judicaveritis, judicabimini : et in qua mensura mensi fueritis, remetietur vobis. 3 Quid autem vides festucam in oculo fratris tui, et trabem in oculo tuo non vides? 4 Aut quomodo dicis fratri tuo: Sine, ejiciam festucam de oculo tuo: et ecce trabs est in oculo tuo? 5 Hypocrita, ejice primùm trabem de oculo tuo, et tunc videbis ejicere festucam de oculo fratris tui. 6 Nolite dare sanctum canibus, neque mittatis margaritas vestras ante porcos, ne fortè conculcent eas pedibus suis, et conversi dirumpant vos. 7 Petite, et dabitur vobis: quærite, et invenietis: pulsate, et aperietur vobis. 8 Omnis enim qui petit, accipit: et qui quærit, invenit: et pulsanti aperietur. 9 Aut quis est ex vobis homo, quem si petierit filius suus panem, nunquid lapidem porriget ei?

10 ¿ó que si le pide un pez, le dé una culebra ?

II Pues si vosotros siendo malos, ó de mala ralea, sabeis dar buenas cosas á vuestros hijos, ¿cuánto mas vuestro Padre celestial dará cosas buenas á los que se las pidan ?

12 Y asi, haced vosotros con los demas hombres todo lo que deseais que hagan ellos con vosotros; porque esta es la suma de la Ley y de los Profetas.

13 Entrad por la puerta angosta, porque la puerta ancha y el camino espacioso son los que conducen á la perdicion, y son muchos los que entran por él,

14 ¡Oh qué angosta es la puerta y cuán estrecha la senda que conduce á la vida eterna! ¡y qué pccos son los que atinan con ella!

15 Guardaos de los falsos profetas que vienen á vosotros disfrazados con pieles de ovejas; mas por dentro son lobos voraces.

16 Por sus frutos ú obras los conocereis. ¿Acaso se cogen uvas de los espinos, ó higos de las zarzas ?

17 Asi es que todo arbol bueno produce buenos frutos, y todo arbol malo da frutos malos.

18 Un arbol bueno no puede dar frutos malos, ni un arbol malo darlos buenos.

19 Todo arbol que no da buen fruto será cortado y echado al fuego. 20 Por sus frutos pues los podreis

conocer.

21 No todo aquel que me dice: ¡Oh Señor, Señor! entrará por eso en el reyno de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ese es el que entrará en el reyno de los cielos.

22 Muchos me dirán en aquel dia del juicio: ¡ Señor, Señor! ¿pues no hemos nosotros profetizado en tu nombre, y lanzado en tu nombre los demonios, y hecho muchos milagros en tu nombre?

23 Mas entonces yo les protestaré: jamas os he conocido por mios: apartaos de mí, operarios de la maldad.

24 Por tanto, cualquiera que escucha estas mis instrucciones y las practica, será semejante á un hom

10 Aut si piscem petierit, numquid serpentem porriget ei? 11 Si ergo vos, cum sitis mali, nostis bona data dare filiis vestris: quantò magis Pater vester, qui in cœlis est, dabit bona petentibus se? 12 Omnia ergo quæcumque vultis ut faciant vobis homines, et vos facite illis. Hæc est enim Lex et Prophetæ, 13 Intrate per angustam portam : quíà lata porta, et spatiosa via est, quæ ducit ad perditionem, et multi sunt qui intrant per eam. 14 Quàm angusta porta, et arcta via est, quæ ducit ad vitam: et pauci sunt, qui inveniunt eam! 15 Attendite à falsis prophetis, qui veniunt ad vos in vestimentis ovium, intrinsecus autem sunt lupi rapaces. 16 A fructibus eorum cognoscetis eos. Nunquid colligunt de spinis uvas, aut de tribulis ficus? 17 Sic omnis arbor bona fructus bonos facit: mala autem arbor malos fructus fàcit. 18 Non potest arbor bona malos fructus facere: neque arbor mala bonos fructus facere. 19 Omnis arbor quæ non facit fructum bonum, excidetur, et in ignem mittetur. 20 Igitur ex fructibus eorum cognoscetis eos. 21 Non omnis qui dicit mihi: Domine, Domine, intrabit in regnum cœlorum: sed qui facit voluntatem patris mei, qui in cœlis est, ipse intrabit in regnum coelorum. 22 Multi dicent mihi in illa die: Domine, Domine, nonne in nomine tuo prophetavimus, et in nomine tuo dæmonia ejecimus, et in nomine tuo virtutes multas fecimus? 23 Et tunc confitebor illis: quia nunquam novi vos: discedite à me qui operamini iniquitatem. 24 Omnis ergo, qui audit verba mea

bre cuerdo que fundó su casa sobre piedra;

25 y cayeron las lluvias, y los rios salieron de madre, y soplaron los vientos, y dieron con ímpetu contra la tal casa; mas no fue destruida porque estaba fundada sobre piedra.

26 Pero cualquiera que oye estas instrucciones que doy y no las pone por obra, será semejante á un hombre loco que fabricó su casa so

bre arena;

27 y cayó la lluvia, y vinieron avenidas de rios, y soplaron los vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa, la cual se desplomó, y su ruina fue grande.

28 Al fin habiendo Jesus concluido este razonamiento, los pueblos que le oian no acababan de admirar su doctrina;

29 porque su modo de instruirlos era con cierta autoridad soberana, y no á la manera de sus escribas y fariseos.

CAP. VIII. Jesus cura á un leproso, al criado de un centurion, y á la sue

gra de san Pedro: sosiega el mar alborotado; y sana endemoniados. 1 Habiendo bajado Jesus del monte, le fue siguiendo una gran muchedumbre de gentes.

2 En esto, viniendo á él un leproso le adoraba diciendo: Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.

3 Y Jesus estendiendo la mano, le tocó diciendo: Quiero: Queda limpio; y al instante quedó curado de su lepra.

4 Y Jesus le dijo: Mira que no lo digas á nadie; pero ve á presentarte al sacerdote, y ofrece el don que Moyses ordenó, para que les sirva de testimonio.

5 Y al entrar en Cafarnaum le salió al encuentro un centurion, y le rogaba, diciendo:

6 Señor, un criado mio está postrado en mi casa, paralítico, y padece muchisimo.

7 Dicele Jesus: Yo iré y le curaré. 8 Y replicó el centurion: Señor, no soy yo digno de que tú entres en mi casa; pero mándalo con tu palabra y quedará curado mi criado. 9 Pues aun yo, que no soy mas

hæc, et facit ea, assimilabitur viro sapienti, qui ædificavit domum suam supra petram; 25 et descendit pluvia, et venerunt flumina, et flaverunt venti, et irruerunt in domum illam, et non cecidit : fundata enim erat super petram. 26 Et omnis, qui audit verba mea hæc, et non facit ea, similis erit viro stulto, qui ædificavit domum suam super arenam; 27 et descendit pluvia, et venerunt flumina, et flaverunt venti, et irruerunt in domum illam, et cecidit, et fuit ruina illius magna. 23 Et factum est, cum consuminasset Jesus verba hæc, admirabantur turbæ super doctrina ejus. 29 Erat enim docens eos sicut potestatem habens, et non sicut Scribæ eorum et Pharisæi.

CAPUT VIII. 1 Cum autem descendisset de monte, secute sunt eum turbæ multæ : 2 et ecce leprosus veniens, adorabat eum, dicens: Domine, si vis, potes me mundare. 3 Et extendens Jesus manum, tetigit eum, dicens: Volo: Mundare. Et confestim mundata est lepra ejus. 4 Et ait illi Jesus: Vide, nemini dixeris: sed vade, ostende te sacerdoti, et offer munus, quod præcepit Moyses, in testimonium illis. 5 Cum autem introisset Capharnaum, accessit ad eum Centurio, rogans eum, 6 et dicens: Domine, puer meus jacet in domo paralyticus, et malè torquetur. 7 Et ait illi Jesus: Ego veniam, et curabo eum. 8 Et respondens Centurio, ait: Domine, non sum dignus ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanabitur puer meus. 9 Nam

que un hombre sujeto á otros, co- la cama, y se puso á servirlos. mo tengo soldados á mi mando, digo al uno: marcha, y él marcha; y al otro: ven, y viene; y á mi criado: haz esto, y lo hace.

10 Al oir esto Jesus, mostró grande admiracion, y dijo á los que le seguian: En verdad os digo que ni aun en medio de Israel he hallado fe tan grande.

11 Asi yo os declaro que vendrán muchos gentiles del oriente y del occidente, y estarán á la mesa con Abraan, Isaac y Jacob en el reyno de los cielos ;

12 mientras que los hijos del reyno (los judios) serán echados fuera á las tinieblas': alli será el llanto y el crugir de dientes.

13 Despues dijo Jesus al centurion Vete, y sucédate conforme has creido; y en aquella hora misma quedó sano el criado.

-14 Habiendo despues Jesus ido á casa de Pedro, vió á la suegra de este en cama con calentura; y tocandole la mano se le quitó la calentura: con eso se levantó luego de

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15 Venida la tarde le trajeron muchos espiritados, y con su palabra echaba los espíritus malignos, y curó á todos los dolientes:

17 verificandose con eso lo que predijo el profeta Isaias diciendo': Él mismo ha cargado con nuestras dolencias, y ha tomado sobre sí nuestras enfermedades.

-18 Viendose Jesus un dia cercado de mucha gente, dispuso pasar á la ribera opuesta del lago de Genezaret; 19 y arrimandosele cierto escriba, le dijo: Maestro, yo te seguiré donde quiera que fueres.

20 Y Jesus le respondió: Las zorras tienen madrigueras, y las aves del cielo nidos: mas el Hijo del hombre no tiene sobre que reclinar la cabeza.

21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que antes de seguirte vaya á dar sepultura á mi padre.

22 Mas Jesus le respondió: Sigueme tú, y deja que los muertos, ó gentes que no tienen la vida de la

et ego homo sum sub potestate constitutus, habens suh me milites, et dico huic: Vade, et vadit; et alii: Veni, et venit; et servo meo: Fac hoc, et facit. 10 Audiens autem Jesus miratus est, et sequentibus se dixit: Amen dico vobis, non inveni tantam fidem in Israel. 11 Dico autem vobis, quòd multi ab oriente, et occidente venient et recumbent cum Abraham, et Isaac, et Jacob in regno cœlorum: 12 filii autem regni ejicientur in tenebras exteriores: ibi erit fletus, et stridor dentium. 13 Et dixit Jesus Centurioni: Vade, et sicut credidisti, fiat tibi; et sanatus est puer in illa hora. 14 Et cum venisset Jesus in domum Petri, vidit socrum ejus jacentem, et febricitantem: 15 Et tetigit manum ejus, et dimisit eam febris, et surrexit et ministrabat eis. 16 Vesperę autem facto, obtulerunt ei multos dæmonia habentes: et ejiciebat spiritus verbo: et omnes malè habentes curavit: 17 ut adimpleretur quod dictum est per Isaiam prophetam, dicentem: Ipse infirmitates nostras accepit, et ægrotationes nostras portavi. 18 Videns autem Jesus turbas multas circum se, jussit ire trans fretum. 19 Et accedens unus scriba, ait illi: Magister, sequar te, quocumque ieris. 20 Et dicit ei Jesus: Vulpes foveas habent, et volucres cæli nidos: Filius autem hominis non habet ubi caput reclinet. 21 Alius autem de discipulis ejus ait illi: Domine, permitte me primùm ire, et sepelire patrem meum. 22 Jesus autem ait illi: Sequere me, et di'Véase Tinieblas, Isa. LIII, v. 4.

fe, entierren á sus muertos,

23 Entró pues en una barca acompañado de sus discípulos.

24 Y hé aqui que se levantó una tempestad tan recia en el mar, que las ondas cubrian la barca; mas Jesus estaba durmiendo.

25 Y acercandose á él sus discípulos le dispertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

26 Diceles Jesus: ¿De qué temeis, ó hombres de poca fe? Entonces puesto en pie mandó á los vientos y al mar que se apaciguaran; y si guióse una gran bonanza.

27 De lo cual asombrados todos los que estaban allí, se decian: ¿quién es este que los vientos y el mar le obedecen?

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30 Estaba no lejos de alli una gran piara de cerdos paciendo. 31 Y los demonios le rogaban de esta manera: Si nos echas de aqui, envíanos á esa piara de cerdos.

32 Y él les dijo: Id. Y habiendo ellos salido entraron en los cerdos; y hé aqui que toda la piara corrió impetuosamente á despeñarse por un derrumbadero en el mar, y quedaron ahogados en las aguas.

33 Los porqueros echaron á huir, y llegados á la ciudad lo contaron todo, y en particular lo de los endemoniados.

34 Al punto toda la ciudad salió en busca de Jesus, y al verle le suplicaron que se retirase de su pais.

CAP. IX. Confirma Jesus su doctrina còn nuevos milagros: curacion de un paralítico: vocacion de san Mateo: libra de un flujo de sangre á una muger: resucita la hija de Jayro: cura á dos ciegos y á un

mitte mortuos sepelire mortuos suos. 23 Et ascendente eo in naviculam, secuti sunt eum discipuli ejus: 24 Et ecce motus magnus factus est in inari, ita ut navicula operiretur fluctibus: ipse verò dormiebat. 25 Et accesserunt ad eum discipuli ejus, et suscitaverunt eum, dicentes: Domine, salva nos, perimus. 26 Et dixit eis Jesus: Quid timidi estis, modicæ fidei? Tunc surgens, imperavit ventis et mari, et facta est tranquillitas magna. 27 Porrò homines mirati sunt, dicentes: Qualis est hic, quia venti et mare obediunt ei? 28 Et cum venisset trans fretum in regionem Gerasenorum, occurrerunt ei duo habentes dæmonia, de monumentis exeuntes, sævi nimis, ita ut nemo posset transire per viam illam. 29 Et ecce clamaverunt dicentes: Quid nobis, et tibi, Jesu fili Dei? Venisti huc ante tempus torquere nos? 30 Erat autem non longè ab illis grex multorum porcorum pascens. 31 Dæmones autem rogabant eum, dicentes: Si ejicis nos hinc, mitte nos in gregem porcorum. 32 Et ait illis: Ite. At illi exeuntes abierunt in porcos, et ecce impetu abiit totus grex per præceps in mare: et mortui sunt in aquis. 33 Pastores autem fugerunt, et venientes in civitatem, nuntiaverunt omnia, et de eis qui dæmonia habuerant. 34 Et ecce tota civitas exiit obviam Jesu: et viso eo rogabant, ut transiret à finibus eorum.

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› Gergesenos ó gadarenos. Véase Sepulcros. Endemoniados.

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