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NUEVAMENTE TRADUCIDA

DE LA VULGATA LATINA AL ESPAÑOL,

Aclarado el sentido de algunos lugares con la luz que dan
los testos originales hebréo y griego, é ilustrada con
varias notas sacadas de los Santos Padres y Esposito-
res sagrados,

Por Don Felixx Torres Amat,
Dignidad de Sacrista de la Santa Iglesia de
Barcelona, electo Obispo de la misma :

De orden del Rey N. S.

TOMO I del NUEVO TESTAMENTO, que contiene los
Santos Evangelios y los Hechos de los Apóstoles.

MADRID:

Imprenta de DON LEON AMARITA, Plazuela de Santiago, N.° 1.

1823.

ADVERTENCIA.

APR 17 1930

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CUANDO me dirigí á todos los Ilustrisimos Señores Arzobispos y Obis

á es

pos de España, sujetando á su censura y autoridad las reglas que habia observado en la traduccion de las Santas Escrituras, y pidiéndoles su santa bendicion, les supliqué al mismo tiempo que se dignasen advertirme lo que juzgasen conducente al recto y piadoso fin que nuestro Católico Monarca y su Augusto Padre se habian propuesto, mandándome trabajar esta nueva version de la Sagrada Biblia. Las sábias y honoríficas contestaciones que recibi de todos, cepcion de tres, cuyas cartas no llegarian á sus manos por las tristes circunstancias de aquellos tiempos, disminuyeron estraordinariamente mi justa timidez, y la suma desconfianza con que entraba en la publicacion de mis taréas Bíblicas. Porque todos, con mas ó ménos espresion, me manifestaron sus deseos de que llevara al cabo la impresion, por el grande provecho espiritual que de ella resultaria á los fie les españoles. Uno solo me insinuó con loable y cristiana franqueza, que siempre le habia causado algun temor la traduccion del Libro de los Cantares. Pero al contestarle le hice presente que esperaba quedaria tranquilo y satisfecho cuando viese la manera con que le habia traducido, y las oportunas notas con que se precavia toda mala inteligencia. Y realmente tuve el gusto de saber que así sucedió.

Pensaba poder publicar ahora todas estas apreciables contestaciones, y varias cartas que otras personas sábias y piadosas se han servido dirigirme acerca de los textos mas obscuros y dificiles de traducir, pareciéndome que por las oportunas y esquisitas reflexiones que contienen, y aun por las aprobaciones ó espresiones honoríficas con que me han animado á concluir tan dificil empresa, servirian de particular satisfaccion á los lectores, al mismo tiempo que de utilidad. Pero he visto que debia diferirlo para despues de haber recibido las advertencias de algunos respetables eclesiásticos que por sus graves é incesantes ocupaciones no han podido aun concluir la lectura de todos los tomos. Me contentaré pues ahora con publicar, omitido todo lo que solamente se dirige á elogiar mis tareas, las correcciones y mejoras de esta version que se me han avisado hasta hoy dia 20 de diciembre de 1825; reservando para mas adelante el hacerlo con las que nuevamente se me remitan. Y ojalá que entónces me fuese posible, sin ofender la modestia, ni faltar á la confianza de varios de mis doctos lecel poder recomendar esta nueva version con los respetables nombres de treinta y dos personas, las mas de ellas muy conocidas en España y aun fuera de ella por su notoria sabiduría y religiosidad, que la han leido ya toda, ó una gran parte de ella; y me han hecho el singular favor de avisarme cuanto les ha dictado su cristiano é ilus

tores,

trado zelo, para ir perfeccionando cada vez mas la version española

de los Libros Santos.

Deseo tambien prevenir al lector que varias citas de las que se hallan en los Indices, y en las notas generales y particulares de la version, le parecerán equivocadas, si no atiende á que muchas de ellas se han puesto únicamente porque el texto que se cita sirve para entender el ́que se está leyendo, ó porque apoya el sentido y manera con que se ha traducido, sustituyendo la sintáxis y espresiones castellanas á las frases ó idiotismos orientales que no tienen cabida en nuestra lengua. Ademas la enumeracion de algunos versículos, especialmente en los Salmos, varía en las ediciones latinas de la Vulgata; y mas aun en las de las obras de los Santos Padres. No obstante lo dicho, es casi cierto que entre tanta multitud de citas habrá algunas realmente equivocadas.

Debo finalmente advertir, que cuando cito las versiones antiguas castellanas de Ferrara, Casiodoro de la Reyna, Valera etc., y á otros autores, no es porque apruebe todo lo contenido en dichas obras ; sino únicamente para hacer ver que se usaba ya de semejante palabra ó espresion. Para el mismo fin las citaron el Ilustrisimo Scio y otros traductores. Asimismo para impugnar en las notas algun error, ó deshacer algun sofisma de los enemigos de las Santas Escrituras, me valgo indistintamente de cualquier opinion recibida en las escuelas católicas, aunque no sea alguna vez la que me parece mas verosimil. Y suplico al prudente y cristiano lector que tenga siempre muy presente lo dispuesto por el sabio Pontífice Benedicto XIV, sobre el modo de censurar las doctrinas, en su Constitucion Sollicita ae provida. Aparten de si mismos ( dice á los censores) el afecto de nacion, fa»milia, escuela ó instituto, y depongan el espíritu de partido: ten» gan á la vista únicamente los dogmas, y la comun doctrina de los » católicos; reflexionando por otra parte que hay no pocas opiniones » que parecen certísimas á una escuela, á un instituto, ó á una na»cion; y con todo son desechadas por otros varones católicos, sin » detrimento alguno de la fé, ni de la Religion.»

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