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3 ¿Quid autem vides festucam in oculo fratris tui: et trabem in oculo tuo non vides?

4 Aut quomodo dicis fratri tuo: Sine ejiciam festucam de oculo tuo: ¿ et ecce trabs est in oculo tuo?

5 Hypocrita, ejice primùm trabem de oculo tuo, et tunc videbis ejicere festucam de oculo fratris tui.

6 Nolite dare sanctum canibus, neque mittatis margaritas vestras ante porcos: ne fortè conculcent eas pedibus suis, et conversi dirumpant vos.

7 Petite, et dabitur vobis: quærite, et invenietis: pulsate, et aperietur vobis.

8 Omnis enim, qui petit, accipit: et qui quærit, invenit: et pulsanti aperietur.

9 ¿Aut quis est ex vobis homo, quem si petierit filius suus panem, numquid lapidem porriget ei? 10 Aut si piscem petierit, numquid serpentem porriget ei?

11 Si ergo vos, cùm sitis mali, nostis bona data dare filiis vestris: ¿quantò magis Pater vester, qui in cœlis est, dabit bona petentibus se?

12 Omnia ergo quæcumque vultis ut faciant vobis homines, et vos facite illis. Hæc est enim lex, et prophetæ.

13 Intrate per angustam portam : quia lata porta, et spatiosa via est, quæ ducit ad perditionem, et multi sunt, qui intrant per eam.

14 ¡Quàm angusta porta, et arcta via est, quæ ducit ad vitam et pauci sunt, qui inveniunt eam!

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1 Jesucristo no quita aquí la potestad de juzgar en los que están establecidos para corregir y castigar á los que pecan. Condena sí el juicio que hacemos temerariamente de nuestros hermanos, cuando por ligereza, por preocupacion, ó por malignidad, juzgamos de su conducta, de sus sentimientos y de sus intenciones. Condena tambien el orgullo que nos ciega para no ver nuestras faltas, aunque sean muy abultadas; y que nos da ojos de linces para descubrir aun los menores defectos de nuestros prójimos. Era este un proverbio entre los Hebreos.

El Griego: ipuç, dirás.

3 Los pastores de almas deben cuidar mucho de no esponer la palabra de Dios, y los misterios divinos al desprecio de los impios y libertinos. Estos, ó combaten los mismos misterios, ladrando y aullando como perros, ó los arrojan á los piés para hollarlos como puercos anegados en el cieno de sus infames placeres; y ya que no pueden vomitar su cólera contra la palabra de la misma verdad, se convierten furiosos contra sus predicadores. Véase la primera carta de SAN PEDRO, IV, 15.

Si es verdad, dice S. GERÓNIMO, que se da al que pide, que el que busca halla, y que se abre al que llama á la puerta, como lo afirma aquí el Hijo de Dios, se concluye necesariamente, que aquel á quien no se da, que no halla, y á quien no se abre la puerta, es porque no ha pedido como debia, ni buscado con diligencia, ni llamado à la puerta con perseverancia.

Jesucristo pasa aquí á otro género de argumentacion para confirmar de nuevo aquel precepto: Pedid, y se os dará. El primero es tomado de la naturaleza de Dios, de quien todo el que le pide, recibe, porque es la misma bondad: el segundo de la naturaleza y condicion de los hombres; ó si esto no lo entendeis, considerad lo que pasa entre vosotros, etc.

6 Si vosotros no sois oidos de Dios en vuestras oraciones, es porque en vez de pan le pedís una piedra; esto es, co

3 ¿Por qué pues ves la pajita en el ojo de tu hermano y no ves la viga en tu ojo 1?

40 como dices a tu hermano : Deja, sacaré la pajita de tu ojo y se está viendo una viga en el tuyo?

5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás para sacar la mota del ojo de tu her

mano.

6 No deis lo santo á los perros, ni echeis vuestras perlas delante de los puercos: no sea que las huellen con sus piés, y revolviéndose contra vosotros os despedacens

7 Pedid, y se os dará : buscad, y hallareis: llamad, y se os abrirá .

8 Porque todo el que pide, recibe y el que busca, halla y al que llama se le abrirá.

90 quién de vosotros es el hombre, á quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra?

100 si le pidiere un pez, por ventura le dará una serpiente "?

8

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabeis dar buenas dádivas á vuestros hijos: ¿cuánto mas vuestro Padre, que está en los cielos, dará bienes á los que se los pidan?

12 Y así todo lo que quereis que los hombres hagan con vosotros, hacedlo tambien vosotros con ellos. Porque esta es la ley y los profetas".

13 Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino, que lleva á la perdicion, y muchos son los que entran por él 10.

14 ¡Que angosta es la puerta, y que estrecho el camino, que lleva á la vida: y pocos son, los que atinan con él

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen á vosotros con vestidos de ovejas, y dentro son lobos robadores 12.

16 Por sus frutos los conocereis. ¿Por ventura cogen uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?

17 Así todo árbol bueno lleva buenos frutos y el mal árbol 13 lleva malos frutos.

sas contrarias à vuestro verdadero bien. S. JUAN CHRYSÓSTOMO.

7 Pecadores y estando llenos de defectos.

8 No les dais cosas nocivas en lugar de buenas y saludables. Bona data: se puede interpretar los bienes que os ban sido dados, que no son vuestros, ni criados por vosotros, sino que os vienen de aquel, que es la fuente de todos los bienes.

9 Esta es la suma de la ley y de los profetas, y en esto se comprende todo lo que manda la ley y los profetas en órden á la caridad y al amor de los prójimos.

10 Porque es sin cuenta el número de los necios. Eccles. 1, 15.

11 Los placeres del siglo, que desean los hombres carnales, son el camino ancho, de que habla aquí el Salvador: y el camino estrecho es el de los ayunos y trabajo de la penitencia. S. GERÓNIMO. No busquemos, continua el Santo, el camino ancho, que él por sí mismo se presenta sin buscarle; y por lo que hace al camino estrecho, no todos atinan con él, y aun aquellos mismos que le hallan, suelen no seguirle constantemente; porque embelesados de nuevo con los deleites del siglo, le dejan fácilmente y vuelven á tomar el de la perdicion. De aquí es, que es muy corto el número de los buenos en el mundo. Luc. XIII, 32.

12 S. AGUSTIN Y S. GERÓNIMO, por estos falsos profetas de que habla aquí el Señor, entienden los herejes, que revistiéndose de un hábito esterior de piedad y de reforma, tienen el corazon lleno de veneno. S. JUAN CHRYSOSTOMO lo aplica á los que aparentan virtudes que no tienen, y con esta apariencia engañan á los que no los conocen. El Señor nos exhorta á guardarnos de ellos y á conocerlos por sus obras, que indubitablemente nos descubrirán la corrupcion de su corazon.

43 El Griego: oañρòv, carcomido; y lo mismo en el verso siguiente.

■ Marc. xxi, 22. Marc. x1, 24. Luc. XI, 9. Joan. xiv, 15. Jacob. 1, 6.-b Luc. vi, 31. Tob. iv, 16.- Luc. XIII, 24.-d Luc. vi, 44.

18 Non potest arbor bona malos fructus facere: neque arbor mala bonos fructus facere.

19 Omnis arbor, quæ non facit fructum bonum, excidetur, et in ignem mittetur.

20 Igitur ex fructibus eorum cognoscetis eos. 21 Non omnis, qui dicit mihi, Domine, Domine, intrabit in regnum cœlorum: sed qui facit voluntatem Patris mei, qui in cœlis est, ipse intrabit in regnum cœlorum.

22 Multi dicent mihi in illa die: Domine, Domine, ¿nonne in nomine tuo prophetavimus, et in nomine tuo dæmonia ejecimus, et in nomine tuo virtutes multas fecimus?

23 Et tunc confitebor illis : Quia numquam novi vos discedite à me, qui operamini iniquitatem.

24 Omnis ergo qui audit verba mea hæc, et facit ea, assimilabitur viro sapienti, qui ædificavit domum suam supra petram,

25 Et descendit pluvia, et venerunt flumina, et flaverunt venti, et irruerunt in domum illam, et non cecidit fundata enim erat super petram.

26 Et omnis, qui audit verba mea hæc, et non facit ea, similis erit viro stulto, qui ædificavit domum

suam super arenam :

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18 No puede el árbol bueno llevar malos frutos: ni el árbol malo llevar buenos frutos.

19 Todo árbol, que no lleva buen fruto, será cortado 1, y metido en el fuego.

20 Así pues, por los frutos de ellos los conocereis. 21 No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ese entrará en el reino de los cielos 2.

22 Muchos me dirán en aquel dia 3: Señor, Señor, pues no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

23 Y entonces yo les diré claramente: Nunca os conocí: apartaos de mí los que obrais la iniquidad. 24 Pues todo aquel que oye estas mis palabras, y las cumple, comparado será á un varon 5 sabio, que edificó su casa sobre la peña,

25 Que descendió lluvia, y vinieron rios, y soplaron vientos, y dieron impetuosamente en aquella casa, y no cayó: porque estaba cimentada sobre peña.

26 Y todo el que oye estas mismas palabras, y no las cumple, semejante será á un hombre loco, que edificó su casa sobre arena:

27 Que descendió lluvia, y vinieron rios, y soplaron vientos, y dieron impetuosamente sobre aquella casa, y cayó, y fue su ruina grande

28 Y fue que cuando Jesús hubo acabado estos discursos, se maravillaban las gentes de su doctrina 7. 29 Porque los enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas de ellos, y los phari

seos.

Capítulo VIII.

Sana Jesucristo á un leproso, al siervo del Centurion, á la suegra de S. Pedro, y á otros muchos enfermos. No quiere admitir á un escriba que deseaba seguirle; y manda á otro de sus discipulos, que le siga sin dilacion. Sosiega una tempestad en el mar, y cura dos endemoniados en la tierra de los Gerasenos.

1 Cùm autem descendisset de monte, secutæ sunt eum turbæ multæ :

2 Et ecce leprosus veniens, adorabat eum, dicens: Domine, si vis, potes me mundare.

3 Et extendens Jesus manum, tetigit eum, dicens: Volo. Mundare. Et confestim mundata est lepra ejus.

1 El Griego: óxtetai, etc. bähdetai, es cortado, etc. es arrojado.

2 El reino de los cielos no es precio de solas palabras. Dios no dejará de ser Señor de todo el universo, aunque nos otros no digamos que lo es. Para hacernos dignos de hallar el camino del cielo, es necesario cumplir en todo la voluntad del Señor guardando sus preceptos. S. HILAR.

3 En el dia del juicio final, ó tambien en el de su muerte. Las palabras solas no bastan para salvarnos. Los milagros y prodigios que se hacen en el nombre de Jesucristo, son señales equivocas, por las que no se puede asegurar que está en caridad el que los hace. S. PABLO lo declara espresamen te i Corinth. x, 2, diciendo: que cuando tuviera toda la fe hasta poder trasladar todos los montes, de nada le serviria si no tenia caridad. Y así el Señor en el dia grande del juicio hará ver quienes fueron aquellos que obraron é hicieron lo mismo que enseñaron.

Por mios, y por ovejas de mi rebaño..

5 El Griego: podo avtor, le compararé. Esta es la conclusion, dice S. AGUSTIN, de todo lo que Jesucristo dijo en el sermon que hizo sobre el monte, en el que se comprende toda la perfeccion de los divinos preceptos que pueden servir para formar un verdadero cristiano. El Señor compara á un hombre sabio que fabricó sobre piedra y no sobre arena, al que escucha sus palabras, no con los oidos del cuerpo, sino del corazon, y que practica no una parte sola de estas verdades, sino todas. Este edificio no podrá ser derribado ni por las lluvias de los placeres, ni por los rios de las pasiones violentas, ni por los impetuosos

1 Y como descendió del monte, le siguieron muchas gentes:

2 Y vino un leproso, y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme 10.

3 Y estendiendo Jesús la mano le tocó11, diciendo: Quiero. Sé limpio, Y luego su lepra fue limpiada 12.

vientos de nuestros enemigos que buscan nuestra perdicion. Mas los que fabrican sobre arena, esto es, sobre otro fundamento que el de la verdad de la palabra del Señor y de su amor, estos oyen el Santo Evangelio, mas no lo practican, contentándose con decir: Señor, Señor; esto es, con adorarle como cristianos; pero no cuidándose de cumplir su voluntad. Estos fabrican sobre arena, y están espuestos á una grande ruina. ¿Y qué ruina mayor, dice S. JUAN CHRYsóSTOMO, que la pérdida de su alma y la privacion de los

bienes eternos?

6 MS. E fue grand derrudiamiento.

7 Se maravillaban oyendo una doctrina tan pura, y una moral tan opuesta á todos los sentidos, y al modo de pensar de los hombres. Les hablaba no solamente como de parte de Dios, sino como que él mismo era Dios, haciéndoles conocer el espíritu de la ley y su perfeccion, y acompañando las palabras con milagros, y con una interior uncion que persuadia, ablandaba y convencia á los que le oian.

8 En el testo griego faltan las últimas palabras: y phariseos.

9 MS. Un Malato.

10 Si llegamos al Salvador con fe igual á la de este leproso, podemos esperar seguramente, que usará del mismo poder para curar la lepra de nuestras almas.

14 La ley prohibia tocar á los leprosos; pero el Señor que era el árbitro de la ley, y la misma pureza y santidad, no solamente no quedó impuro con este contacto, sino que purificó con él al que lo estaba.

12 MS. E fue luego alimpiada su gafedat.

a Luc. III, 10.-b Infr. xxv, 11.- Actor. XIX, 13.-d Psalm vi, 9. Intr. XXI, 41. Luc. XIII, 27. Luc. vi, 48. Rom. 11, 13. Jacob. 1, 22. Marc. 1, 22. Luc. iv, 32.-f Marc. 1, 40. Luc. v, 12.

4 Et ait illi Jesus: Vide, nemini dixeris: sed va- | de, ostende te sacerdoti, et offer munus, quod præcepit Moyses, in testimonium illis.

5 Cùm autem introisset Capharnaum, accessit ad eum Centurio, rogans eum,

6 Et dicens: Domine, puer meus jacet in domo paralyticus, et malè torquetur.

7 Et ait illi Jesus: Ego veniam, et curabo eum. 8 Et respondens Centurio, ait: Domine, non sum dignus ut intres sub tectum meum: sed tantùm dic verbo, et sanabitur puer meus.

9 Nam et ego homo sum sub potestate constitutus, habens sub me milites, et dico huic : Vade, et vadit et alii: Veni, et venit: et servo meo: Fac hoc, et facit.

10 Audiens autem Jesus miratus est, et sequentibus se dixit: Amen dico vobis, non inveni tantam fidem in Israël.

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11 Dico autem vobis, quòd multi ab Oriente, et Occidente venient, et recumbent cum Abraham, et Isaac, et Jacob in regno cœlorum :

12 Filii autem regni ejicientur in tenebras exteriores: ibi erit fletus, et stridor dentium.

13 Et dixit Jesus Centurioni: Vade, et sicut credidisti, fiat tibi. Et sanatus est puer in illa hora.

14 Et cùm venisset Jesus in domum Petri, vidit socrum ejus jacentem, et febricitantem :

15 Et tetigit manum ejus, et dimisit eam febris, et surrexit, et ministrabat eis.

16 Vespered autem facto, obtulerunt ei multos

4 Porque Jesucristo queria que los hombres atendiesen mas á su doctrina que á sus milagros, los cuales en la ma yor parte no producian sino vanos efectos de admiracion, quedándose los mismos. 1 Cor. xiv, 22.

Los ricos ofrecian dos corderos, harina y aceite: los pobres un cordero y dos tórtolas ó palomas.

3 Para que les constase y no tuviesen escusa, dice S. GE RÓNIMO, si no se rendian à un testimonio tan claro de la verdad: y al mismo tiempo fuesen convencidos de la injusticia con que frecuentemente le acusaban de oponerse á la ley. Débese observar aquí, que aunque el Salvador quiso que quedase oculta al sacerdote la manera estraordinaria con que aquel habia sido curado, esto no obstante le mandó que se presentase al sacerdote, para que le pagase la ofrenda que se acostumbraba hacer en las curaciones ordinarias de la lepra y esto cuando el sacerdocio había ya degenerado mucho de su institucion y de su oficio. La corrupcion puede poner mancilla á la institucion divina, pero de ningun modo abrogarla.

Este era un oficial de ejército, 6 capitan de cien soldados. Las legiones romanas eran mandadas por tribunos que corresponden á nuestros coroneles, y repartidas en compañías de cien hombres: de donde se dió el nombre de centuriones á sus capitanes. Aunque Herodes Antipas era tetrarca de la Galilea, esto no obstante los Romanos, como propios y verdaderos soberanos, mantenian allí sus tropas. Los Padres han creido que este centurion era gentil, lo que realza mucho mas el ardor de su fe. S. LUCAS VII, 5, dice que envió sus amigos, y que no fue en persona, por contemplarse indigno de ponerse en la presencia del Señor; lo que parece ser contrario á lo que dice aquí S. Matheo. Pero este santo Evangelista se sirvió de una manera de hablar muy usada, diciendo que fue á buscar á Jesucristo; esto es, enviando para esto sus amigos, y los principales de los Judíos. Véase en el Cap. x1, 3, otra manera de hablar semejante á esta: Y le dijo: esto es, le hizo decir por sus discípulos.

4 Y le dijo Jesús: Mira, que no lo digas á nadie 1: mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece la ofrenda, que mandó Moysés 2, en testimonio á ellos 3.

5 Y habiendo entrado en Capharnaum, se llegó á él un centurion, rogándole 4,

6 Y diciendo: Señor, mi siervo paralítico está postrado en casa, y es reciamente atormentado . 7 Y le dijo Jesús: Yo iré, y lo sanaré.

8 Y respondiendo el Centurion, dijo: Señor, no soy digno de que entres en mi casa: mas mándalo con tu palabra, y será sano mi siervo 6.

9 Pues tambien yo soy hombre sujeto á otro, que tengo soldados á mis órdenes, y digo á este: Ve, y va: y al otro : Ven y viene y á mi siervo: Haz esto, y lo hace".

10 Cuando esto oyó Jesús, se maravilló, y dijo á los que le seguian: Verdaderamente os digo, que no he hallado fe tan grande en Israéi 8.

11 Y os digo, que vendrán muchos de Oriente, y de Occidente? y se asentarán con Abraham, y Isaac, y Jacob en el reino de los cielos:

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12 Mas los hijos del reino 1o serán echados en las tinieblas esteriores: allí será el llanto y el crugir de dientes 11.

13 Y dijo Jesús al Centurion : Ve, y como creiste, así te sea hecho. Y fue sano el siervo en aquella hora. 14 Y habiendo llegado Jesús á la casa de Pedro 12, vió á su suegra que yacia en cama, y con fiebre:

15 Y le tocó la mano, y la dejó la fiebre, y se levantó, y los servia.

16 Y siendo ya tarde 13, le presentaron muchos eny sometido á otros, los que lo están á mí, me obedecen prontamente cuando les mando alguna cosa: ¿cuanto mas bien sereis vos obedecido, siendo un Dios todopoderoso é independiente, luego que mandareis y ordenareis alguna cosa?

8 Cuando Jesucristo se maravilló de la respuesta del centurion, ninguna cosa admirable encontraba en ella, sino lo que él mismo habia inspirado en el corazon de este oficial por su gracia; pero maravillándose de esta gran fe en un gentil, queria que la admirasen no solamente todos sus discipulos, y Judíos que le seguian, sino tambien toda la posteridad.

A semejanza de este gentil, vendrán otros muchos con igual fe de todas las partes del mundo, y merecerán el premio que está destinado para los verdaderos hijos de Abraham, de Isaac y de Jacob.

10 Mas los hijos del reino; esto es, los herederos naturales, los Hebreos, en quienes ha estado la verdadera religion, el templo, el sacerdocio, la ley del verdadero Dios, y a quienes principalmente pertenecen las promesas de la salud y del reino eterno, serán escluidos de él por su culpa, y arrojados en las tinieblas esteriores del infierno. Esto hace alusion á los festines que se celebraban de noche. La sala del festin estaba toda iluminada, mientras que fuera no reinabau sino tinieblas: y así este lugar se puede traducir: Mas los hijos del reino serán echados fuera en las tinieblas: todo lo cual es figurado. Véase S. MATHEO Xxv, 1, 41, seqq. y S. LUCAS XIII, 24.

1 Al cumplimiento de este suceso mira tambien lo que anunció SOPHONIAS 1, 15. Véase S. MATHEO XXI, XXIV, 8, 21. Luc. XXI, 25, 26, xxiii, 30.

12 En la misma ciudad de Chaparnaum.

18 Era sábado, y hasta ponerse el sol no querian los Judíos hacer cosa alguna. Entonces presentaron los enfermos á Jesús. Véase S. MARCOs 1, 32, y S. LUCAS IV, 40. Esta espresion, 6 como se lee en S. MARCOS I, 52, οψίας γενομένης, ὅτε ἔδυ

MS. E es maltrecho. Vean este ejemplo aquellos seño-os; Vespere facto, cum occidisset sol, ó como en el res inhumanos que maltratan á sus siervos, no se cuidan de ellos, y en sus mayores necesidades no acuden á socorrerlos.

6 Jesucristo solamente con acercarse á la casa del centurion encendió su corazon, le descubrió su divinidad, que ocultaban los velos de un cuerpo mortal, y le hizo decir estas escelentes palabras, que han merecido ponerse en la boca de todos los cristianos, cuando reciben el adorable cuerpo de Jesucristo.

Como si dijera: Si no obstante que yo estoy subordinado

Hebreo, pwn ny`i aw 27 in vespera, post occasum solis, que señala el tiempo en que traian al Señor los enfermos, es enfática, y que no sin gravísima causa añade aquí el sagrado Evangelista. Véase THEOPHILACT. in MARC. Cap. 1, et in MATTH. Cap. vin, et in Luc. Cap. IV. CHRYSOSTOMO homil. xxvII, in MATTH. VIII. Dejando á un lado la religion del sábado, del que era Señor Jesucristo, y en que sin faltar á ella podia curar, como él mismo dió en rostro á los Judíos; parece que la razon principal era, porque en aquella sazon era cuando los enfermos eran mas ator

a Levit. xiv, 2. Luc. vп, 1.—b Lue. vII, 5.- Malach. 1, 11.-d Marc. 1, 32.

dæmonia habentes: et ejiciebat spiritus verbo: et | demoniados y lanzaba con su palabra los espíritus: omnes malè hebentes curavit : y sanó todos los enfermos:

17 Ut adimpleretur quod dictum est per "Isaïam prophetam, dicentem: Ipse infirmitates nostras accepit et ægrotationes nostras portavit.

18 Videns autem Jesus turbas multas circum se, jussit ire trans fretum.

19 Et accedens unus scriba, ait illi: Magister, sequar te, quocumque ieris.

20 Et dicit ei Jesus: Vulpes foveas habent, et volucres cœli nidos: Filius autem hominis non habet ubi caput reclinet.

21 Alius autem de discipulis ejus ait illi: Domine, permitte me primum ire, et sepelire patrem meum. 22 Jesus autem ait illi: Sequere me, et dimitte mortuos sepelire mortuos suos.

23 Et ascendente eo in naviculam, secuti sunt eum discipuli ejus :

24 Et ecce motus magnus factus est in mari, ita ut navicula operiretur fluctibus; ipse verò dormiebat.

25 Et accesserunt ad eum discipuli ejus, et suscitaverunt eum, dicentes: Domine, salva nos, peri

mus.

26 Et dicit eis Jesus: Quid timidi estis, modica ¿ fidei? Tunc surgens, imperavit ventis, et mari, et facta est tranquilitas magna.

27 Porro homines mirati sunt, dicentes: ¿ Qualis est hic, quia venti et mare obediunt ei?

28 Et cùm venisset trans fretum in regionem Gerasenorum, occurrerunt ei duo habentes dæmonia, de monumentis exeuntes, sævi nimis, ita ut nemo posset transire per viam illam.

29 Et ecce clamaverunt, dicentes: ¿Quid nobis,

17 Para que se cumpliera lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades: y cargó con nuestras dolencias 1.

18 Mas como viese Jesús muchas gentes al rededor de sí, mandó pasar á la otra parte del lago .

19 Y llegándose á él un escriba, le dijo: Maestro, te seguiré à donde quiera que fueres 3.

20 Y Jesús le dice: Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos : mas el Hijo del hombre no tiene en donde recueste la cabeza.

21 Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, déjame ir primero, y enterrar á mi padre 5.

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22 Mas Jesús le dice: Sigueme, y deja que los muertos entierren á sus muertos ".

23 Y entrando él en un barco, le siguieron sus discípulos:

24 Y sobrevino luego un grande alboroto en la mar, de modo que en las ondas cubrian el barco; mas él dormia.

25 Y se llegaron á él sus discípulos, y le despertaron diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

26 Y Jesús les dice: ¿Qué temeis hombres de poca fe 7? Y levantándose al punto, mandó á los vientos y á la mar, y se siguió una grande bonanza 8.

27 Y los hombres se maravillaron, y decian: ¿Quién es este, que los vientos y la mar le obedecen?

28 Y cuando Jesús hubo pasado de la otra parte del lago á tierra de los Gerasenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados, que salian de los sepulcros 9, fieros en tal manera, que ninguno podia pasar por aquel camino.

29 Y Empezaron luego á decir á gritos: ¿Qué tene.

mentados, como que era la hora en que como la esperiencia muestra, se agravan mas los enfermos: por manera que por aquí podemos inferir que el Señor para descubrir mas su virtud omnipotente, los enraba en aquel tiempo en que estaban mas agravados, desahuciados y sin esperanza. Esto se confirma con otra espresion no menos enfática que se lee: xaxis exortes, que conviene á los mismos, perditè et desperate ægrotantes, immo morti ipsi proximi. Véase SAN Luc. Cap. vu, 2, en que hablando del siervo del Centurion dice: xaxos exor usĥhe tehevtāv, pessime habens, jamjam moriturus erat: en donde por una especie tys exečnynoεws, añade queλhe tekevra, que significa lo mismo. SAN LUCAS Cap. VIII, 5, refiriendo el mismo suceso escribe: devs baoansouros, que con la misma énfasis corresponde perfectamente Toxaxos xe, y S. MATHEO XVII, 15: xaxns xao xe, y S. MARCOS lo mismo vi, 55, y en otros lugares y así κακῶς ἔχειν, equivale ή έσχατως έχειν, un extremis esse. MARG. ν. 25. Κακώς ἐχεῖν, es, κακίον, ὁ κάκιστο ἔχειν: es cosa sabida que los grados de la comparacion se substituyen unos por otros en los escritores sagrados y profanos. Véase sobre todo esto la docta disertacion de DANIEL GUILLELMO TRUNELL. De vespertina mortuorum curatione divina.

1 Este lugar de ISAIAS LIII, 4, que cita aquí S. Matheo, se entiende principalmente, segun S. JUAN CHRYSOSTOMO de las enfermedades espirituales de nuestra alma, que el Señor haciéndose hombre se dignó tomar sobre si, ofreciéndose como una víctima á la justicia de su Padre para satisfacer por nosotros. E! Evangelista habla tambien de las enfermedades corporales, porque son efectos del pecado. Y además de esto por las curaciones del cuerpo se indican las que hizo el médico divino en las almas.

De Genesareth. O huyendo de la vanagloria, para darnos ejemplo de humildad; ó para evitar la envidia de los Sacerdotes, phariseos y doctores de la ley; ó para ejercer una grande misericordia. S. JUAN CHRYSOSTOMO.

Estas palabras podian hacernos creer que este hombre era de gran virtud; pero la respuesta del Salvador nos da á conocer que sus miras eran muy viles, y parecidas tal vez á las de Simon el Mago. Le da, pues, á entender el Señor, que es muy necio, el que quiere seguirle, poniendo la mira

en grandezas humanas; puesto que el mismo Señor no tiene
ni casa ni lecho, en donde pueda recostar su cabeza.
4 MS. Nios.

5 Este era ya del número de los discípulos del Señor; pero para seguirle, le pide que le permita ir antes á hacer los últimos oficios con su padre, de asistirle en su vejez, y de enterrarle despues de muerto: cosa que en sí misma era loable, dice S. JUAN CHRYSOSTOMо, pero que el Señor se la niega; porque habiendo otros que podian enterrar á sus padres, queria darnos á entender que cuando nos llama debemos seguirle, atropellando con todos los estorbos que puedan detenernos; y que para nosotros no debe haber negocio de mayor importancia que el de nuestra salvacion.

Como si dijera: Tu padre ha muerto, no solo para la vida del cuerpo, sino tambien para la vida de la fe. Deja, pues, el cuidado de enterrar sus muertos, á los que son infleles, y están verdaderamente muertos delante de Dios. Asi S. JUAN CHRYSOSTOMO, S. AGUSTIN Y S. GERÓNIMO.

7 El Señor los reprende, como á hombres de poca fe; porque el temor que los turbaba, no procedia tanto del peligro en que se veian, como de que no tenian todavia la idea que debian de Jesucristo, y por esto llenos de admiracion, preguntan despues: quién es este, á quien los vientos y el mar obedecen? El CHRYSOSTOMO. Hom. XXIX. 8 MS. E ouieron grand segurança.

1,

9 Eran muy espaciosos y como unas grandes grutas ó cavernas; como se ve en muchos lugares de la Escritura y de la Historia Sagrada. Distaban de las ciudades y poblados; porque los cadáveres no inficionasen el aire con su corrupcion, y porque los que se acercaban á ellos, quedaban impuros, segun la ley. Númer. XIX, 11. En S. MARCOS V. y en S. LUCAS viii, 23, se habla de un solo endemoniadó (que sin duda era el mas furioso) que declaró, que estaba poseido de una legion de demonios, y que despues quiso seguir à Jesucristo: lo cual no habiendo conseguido, se hizo muy recomendable, esparciendo y divulgando el milagro que el Señor habia obrado en su favor. El personaje principal de una accion suele llamar toda la atencion de un historiador, y le hace olvidar á los otros, en quienes no concurren iguales circunstancias.

a Isai. LIII, 4. 1 Petr. п, 24.-b Luc. x, 54.- Marc. iv, 56. Luc. viii, 22.—d Marc.. V, 1, Luc. vin, 26.

et tibi, Jesu fili Dei? Venisti huc ante tempus tor¿ quere nos?

a

30 Erant autem non longè ab illis grex multorum porcorum pascens.

31 Dæmones autem rogabant eum, dicentes: Si ejicis nos hinc, mitte nos in gregem porcorum. 32 Et ait illis Ite. At illi exeuntes abierunt in porcos, et ecce impetu abiit totus grex per præceps in mare : et mortui sunt in aquis.

33 Pastores autem fugerunt: et venientes in civitatem, nuntiaverunt omnia, et de eis, qui dæmonia habuerant.

34 Et ecce tota civitas exiit obviàm Jesu: et b viso eo rogabant, ut transiret à finibus eorum.

mos nosotros contigo, Jesús Hijo de Dios? ¿Has venido acá á atormentarnos antes de tiempo 1?

30 Y no lejos de ellos andaba una piara de muchos puercos paciendo.

31 Y los demonios le rogaban, diciendo: Si nos echas de aquí, envianos 3 á la piara de puercos.

32 Y les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron á los puercos, y en el mismo punto toda la piara corrió impetuosamente, y por un despeñadero se precipitó en la mar y murieron en las aguas 5.

33 Y los pastores huyeron y venidos á la ciudad, lo contaron todo, y el suceso de los endemoniados.

34 Y salió toda ciudad á encontrar á Jesús: y cuando le vieron le rogaban, que saliese de sus términos ".

Capítulo IX.

Sana el Señor á un paralítico. Murmuracion de los escribas. Vocacion de Matheo el publicano. Responde á los phariseos que le caJumnian. Libra á una mujer de un flujo de sangre. Resucita à una niña, y da vista á dos ciegos. Sana á un endemoniado mudo, y obra otros milagros. Parábola de la mies y de los trabajadores.

1 Et ascendens in naviculam, transfretavit, et venit in civitatem suam.

2 Et ecce offerebant ei paralyticum jacentem in lecto. Et videns Jesus fidem illorum, dixit paralytico: Confide fili, remittuntur tibi peccata tua.

3 Et ecce quidam de Scribis dixerunt intra se : Hic blasphemat.

4 Et cùm vidisset Jesus cogitationes eorum, dixit: ¿Ut quid cogitatis mala in cordibus vestris? 5¿Quid est facilius dicere: Dimittuntur tibi peccata tua: an dicere: Surge, et ambula?

6 Ut autem sciatis, quia filius hominis habet potestatem in terra dimittendi peccata, tunc ait paralytico Surge, tolle lectum tuum, et vade in domum tuam.

7 Et surrexit, et abiit in domum suam.

1 Antes del dia del juicio, en el que serán juzgados por el Hijo del Hombre, DANIEL VII, 13, y condenados á eternas penas, juntamente con todos los hombres que hubieren arrastrado á ser compañeros de su desgracia. S. AGUSTIN. 2 El Griego: 8 μaxpàv ản' avτwr, y habia lejos de El Griego itpevor qμiv åxe20siv, déjanos ir. Dios permite el mal, no lo manda.

ellos.

4 El Griego : εἰς τὴν ἀγέλην τῶν χορων & la piara de los puercos. Es probable que estos fuesen de algun gentil, pues habitaba un gran número de ellos en Gesara, y en todo aquel país, que por esta razon se llamó Galilea de los gentiles. Puede ser tambien que los criasen los mismos Hebreos para venderlos á los gentiles, y particularmente à los Romanos. Se ve y resplandece un justo castigo en esta permision del Señor: Si los puercos eran de los Judios, porque ejercian un comercio ilícito, escandaloso y muy odioso á la nacion; si sus dueños eran gentiles, quiso castigar los escarnios que estos hacian á los Judios, insultándolos porque se abstenian de comer carne de puerco.

Cuando el demonio no puede hacer á los hombres todo el mal que quiere, les hace todo el que puede ó se le permite. 6 En vez de adorar al Señor y admirar su infinito poder, son tan ciegos, que apartan de sí á su Salvador, negándose á recibir la luz del Evangello. Y la muerte de algunos animales hizo mayor impresion en su corazon, que el milagro de haber librado dos endemoniados tan conocidos por toda aquella tierra. Alejando de sí al autor de la vida y de la salud, y alejándose ellos de él, quedaron mas esclavos de aquellos mismos demonios, cuyo furor temian. CHRYSOSTOMO.

7 Capharnaum; porque, como dice Theophilacto, Cristo nació en Bethlehem, se crió en Nazareth, y habitó en Capharnaum.

Los otros Evangelistas, MARCOS II, 2. LUCAS v, 18, añaden otras circunstancias á este prodigio. Dicen que no pudiendo acercarse al Señor, los que llevaban al paralítico, por la grande multitud de gente que llenaba la casa y que escuchando sus palabras, tenia tomada la entrada, subieron

1 Y entrando en un barco, pasó á la otra ribera, y fue á su ciudad 7.

2 Y he aquí le presentaron un paralítico postrado en un lecho. Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico Hijo, ten confianza, que perdonados te son tus pecados.

3 Y luego algunos de los escribas dijeron dentro de sí: Este blasfema 9.

4 Y como viese Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensais mal en vuestros corazones?

5 ¿Qué cosa es mas fácil, decir: Perdonados te son tus pecados ó decir: Levántate y anda 1o?

6 Pues para que sepais, que el Hijo del hombre tiene potestad sobre la tierra de perdonar pecados, dijo entonces al paralítico : Levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa.

7 Y levantóse, y fuese á su casa.

al tejado, descubrieron una parte de él, y por la abertura descolgaron la cama y al paralítico en ella, y le presentaron al Señor lo que prueba una fe muy viva que les inspiró un medio tan estraordinario para salir con su intento. Esto lo pudieron hacer fácilmente, porque las casas de los orientales por la mayor parte no eran, y aun ahora no son sino bajas, y sin divisiones de altos. Tenian terrados, adonde se subia por una escalera para tomar el fresco á horas competentes en el estio. Calmet, in MARC. II, 4, observa que en medio de la plataforma habia una abertura, cerrada con una trampa, y alrededor de ésta una balaustrada: que se habria esta trampa para dar luz y aire al aposento que estaba debajo y que se cerraba, cuando el sol era muy ardiente, ó para impedir que cayese la lluvia ó la nieve.

9 Como los doctores de la ley le tenian por un puro hombre, y sabian por otra parte, que el perdonar los pecados pertenecia solamente á Dios, le acusaron en su interior de blasfemo y de que se usurpaba un poder que era propio de Dios. Pero el Señor penetrando sus mas ocultos pensamientos, les dió bien claro á entender que era Dios, descubriéndoles lo que pensaban en el secreto de sus corazones, lo que tambien es propio de Dios.

10 Cual de estas dos cosas es mas facil: sanar el cuerpo de un paralítico ó perdonar los pecados del alma? No hay duda, que el curar un paralítico; porque cuanto el alma es mas escelente que el cuerpo, otro tanto son mayores sus enfermedades, y mas dificiles de curar. Esto no obstante, por cuanto la curacion del alma es oculta, y la del cuerpo visible y manifiesta, quiero haceros conocer la verdad de lo que no está patente á vuestros ojos, por lo mismo que veis con ellos. SAN GERÓNIMO. Fuera de esto, los Judíos creian que todas las enfermedades son consecuencias y efectos de los pecados que cometen los hombres. Oyendo por otra parte al Señor decir al paralitico: Tus pecados te son perdonados, hacian en su interior este argumento: Dios solo es el que puede perdonar los pecados: LUCAS v. 21, este dice que tiene potestad de perdonarles; luego este se usurpa una potestad que solamente pertenece á Dios, y por consiguiente

■ Marc. v, 11. Luc. vi, 32.-b Marc. v, 17. Luc. vп, 37.- Marc. 11, 3. Luc. v, 18.

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