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nium credentium per præputium, ut reputetur et il-fin que fuese padre de todos los que creen estando lis ad justitiam : en el prepucio, y que tambien á ellos les sea imputado á justícia *:

12 Et sit pater circumcisionis, non iis tantùm qui sunt ex circumcisione, sed et iis, qui sectantur vestigia fidei, quæ est in præputio patris nostri Abrahæ.

12 Y sea padre de la circuncision, no solamente á aquellos que son de la circuncision, sino á los que siguen las pisadas de la fe, que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

13 Non enim per legem promissio Abrahæ, aut se- 13 Porque la promesa á Abraham, ó á su postemini ejus, ut heres esset mundi: sed per justitiam fi-ridad, que seria heredero del mundo no fue por la dei. ley: sino por la justicia de la fe.

14 Si enim qui ex lege, heredes sunt : exinanita est fides, abolita est promissio.

15 Lex enim iram operatur. Ubi enim non est lex, nec prævaricatio.

16 Ideo ex fide, ut secundùm gratiam firma sit promissio omni semini, non ei, qui ex lege est solùm, sed et ei, qui ex fide est Abrahæ, qui pater est omnium nostrum,

17 (Sicui scriptum est: Quia patrem multarum gentium posui te) ante Deum, cui credidit, qui vivificat mortuos, et vocat ea quæ non sunt, tamquam ea quæ sunt.

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18 Qui contra spem in spem credidit, ut fieret ter multarum gentium secundùm quod dictum est ei: Sic erit semen tuum.

19 Et non infirmatus est fide, nec consideravit corpus suum emortuum, cùm jam ferè centum esset annorum, et emortuam vulvam Saræ:

20 In repromissione etiam Dei non hæsitavit diffidentiâ: sed confortatus est fide, dans gloriam Deo :

21 Plenissimè sciens quia quæcumque promisit, potens est et facere.

22 Ideo et reputatum est illi ad justitiam. 23 Non est autem scriptum tantùm propter ipsum, quia reputatum est illi ad justitiam:

24 Sed et propter nos, quibus reputabitur credentibus in eum, qui suscitavit Jesum Christum Dominum nostrum à mortuis,

25 Qui traditus est propter delicta nostra, et resurrexit propter justificationem nostram.

El padre espiritual y místico, el modelo de todos los gentiles que creen en Jesucristo. S. JUAN CHRYSOSTOMO.

Y que la fe que tienen en los méritos de Jesucristo les sea imputada á justicia, como lo fue á Abraham, por ser muy justo, que pues imitaron su fe, reciban tambien la misma recompensa.

3 Y que sea padre segun el espíritu de los Judíos fieles, que no están solamente circuncidados esteriormente, sino que siguen las pisadas de Abraham, y el ejemplo de su fe, creyendo como él en Jesucristo, y recibiendo por esta fe lá perfecta justicia, que es la verdadera circuncisión del corazon.

Y así la justicia de los fieles, del mismo modo que la de Abraham, no viene de la circuncision, sino de la fe en Je

sucristo animada de la caridad.

5 Esta promesa fue hecha cuatrocientos y treinta años antes que fuese dada la ley.

6 Que en él serian benditas todas las naciones, esto es, que de su descendencia naceria el Salvador del mundo.

7 Las promesas hechas á Abraham son bendiciones; y esta herencia no se consigue en la ley, ni por la ley, sino por Jesucristo y por su gracia. STO. THOMAS.

8 La ley sin la gracia y sin la fe, dando al hombre el conocimiento de sus obligaciones, y no las fuerzas para cumplirlas, es causa de que Dios castigue los pecados con mayor severidad. Porque si no hubiera esta ley de Moysés, no habria el desprecio formal y voluntario de la ley; y por consiguiente no habria pena particular para castigar su transgresion. Aquellos que están bajo la ley son pecadores, y estún bajo la maldicion. Gal. ш, 10.

9 Es dada la herencia.

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14 Porque si los de la ley 7 son los herederos : queda aniquilada la fe, y la promesa sin valor.

15 Porque la ley obra ira. Puesto que donde no hay ley, no hay quebrantamiento.

16 Y así es por la fe, á fin que por gracia 10 la promesa sea firme á toda su posteridad, no tan solo al que es de la ley, sino tambien al que de la fe de Abraham, que es padre de todos nosotros.

17 (Como está escrito: Yo te he constituido 12 padre de muchas gentes) delante de Dios 13, á quien habia creido, el cual da vida á los muertos 14, llama las cosas que no son, como las que son.

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18 El creyó en esperanza contra esperanza que seria padre de muchas gentes, segun lo que se le habia dicho: Así será tu linaje 16

19 Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su propio cuerpo ya amortiguado, siendo ya de casi cien años, ni que la virtud de concebir se habia estinguido en Sara :

20 Tampoco vaciló, ni tuvo la menor desconfianza en la promesa de Dios: antes se fortificó en la fe, dando gloria á Dios 17 :

21 Teniendo por muy cierto, que tambien es poderoso para cumplir todo cuanto habia prometido. 22 Y por esto le fue tambien imputado á justicia. 23 Y no está escrito solamente por él, que le fue imputado á justicia :

24 Mas tambien por nosotros 18, á quienes será imputado si creemos en aquel que resucitó de entre los muertos á Jesucristo nuestro Señor,

25 El cual fue entregado por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificacion ".

salud dependeria mas bien de nosotros que de Dios mismo, que es el autor.

11 A Judíos y á gentiles, con tal que crean en Dios por Jesucristo.

12 El pretérito posui por el futuro.

fe consiguió una paternidad semejante a la de Dios: pater130 tambien á ejemplo de Dios; porque Abraham por su nidad espiritual, paternidad universal de todos los fieles, que son y serán en todas las naciones. CHRYSÓST. THEODOR.

14 El sentido de este v. depende de lo que dice en el v. 19. Da vida á los muertos, esto es, da vigor á los que le han perdido, y que están como muertos para poder procrear. Llama las cosas, etc. Con sola su palabra da el será lo que no le tiene, y hace fecunda á Sara en su última vejez, siendo por otra parte naturalmente estéril, y hallándose fuera de estado de poder concebir.

15 Esperó y confió contra todas las apariencias y esperanzas naturales. El Apóstol esplica mas precisamente lo que en el v. precedente insinuó en general y confusamente.

16 Sin número, y como las estrellas del cielo. Gen. xv, 5. 17 Confesando humildemente, que el poder de Dios escede infinitamente la capacidad del espíritu humano y de la razon natural.

18 Que somos sus verdaderos hijos y legítimos herederos. 19 Jesucristo murió para merecernos el perdon de nuestros pecados, y el don de la justicia. Resucitó para que esta justicia nos fuese dada por la fe de su resurreccion. Y siendo este misterio el que estableció en Jesucristo la cualidad de Hijo de Dios, de Salvador y Mediador, recogemos por la fe de la resurreccion el fruto de los otros misterios; porque esta es la que propiamente hace al cristiano verdadero discípulo de Cristo, y le distingue del judío y de los otros infieles.

Capítulo V.

Efectos de la justificación por la fe en Jesucristo. Habemos de esperar todos los bienes de la caridad de Dios, que nos ha recibido en gracia por su unico Hijo. Estos bienes esceden en mucho á los daños que nos causó el pecado de Adam.

1 Justificati ergo ex fide, pacem habeamus ad Deum per Dominum nostrum Jesum Christum :

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2 Per quem et habemus accessum per fidem in gratiam istam, in qua stamus, et gloriamur in spe gloriæ filiorum Dei.

3 Non solùm autem, sed et gloriamur in tribulationibus scientes quòd tribulatio patientiam operatur,

4 Patientia autem probationem, probatio verò spem,

5 Spes autem non confundit: quia charitas Dei diffusa est in cordibus nostris per Spiritum Sanctum qui datus est nobis.

6 ¿Ut quid enim Christus, cùm adhuc infirmi essemus, secundum tempus pro impiis mortuus est? 7 Vix enim pro justo quis moritur: nam pro bono forsitan quis audeat mori.

8 Commendat autem charitatem suam Deus in nobis: quoniam cùm adhuc peccatores essemus, secundùm tempus.

9 Christus pro nobis mortuus est, multò igitur magis nunc justificati in sanguine ipsius, salvi erimus ab ira per ipsum.

10 Si enim cùm inimici essemus, reconciliati sumus Deo per mortem Filii ejus: multò magis reconciliati, salvi erimus in vita ipsius.

11 Non solùm autem: seil et gloriamur in Deo per Dominum nostrum Jesum Christum, per quem nunc reconciliationem accepimus.

12 Propterea sicut per unum hominem peccatum in hunc mundum intravit, et per peccatum mors; et ita in omnes homines mors pertransiit, in quo omnes

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1 Conservemos esta gracia: no pequemos mas, ni volvamos á los desórdenes antiguos.

No solo como Mediador, sino como autor y principio de nuestra justificacion; la que debemos enteramente á su gracia y no á nuestros méritos ni fuerzas.

3 De la gloria que da Dios á los que perseveran en su jus ticia. En el Griego se lee te doens tov Beov, de la gloria de Dios. Y esperamos conseguir esta gloria por las promesas y mérito de Jesucristo.

Un hábito y costumbre de sufrir con gusto toda suerte de calamidades por amor de Dios.

Con la que nos purificamos y conocemos cuán débiles son nuestras fuerzas, y que todo lo debemos á la gracia: y con este conocimiento crecemos en la verdadera piedad y en la justicia.

Este mismo conocimiento nos hace confiar mas y mas en la bondad de Dios; desconfiando enteramente de nosotros. 7 Como sucede á los que despues de haber esperado conseguir alguna cosa, se hallan burlados y frustrados de su esperanza. Tales son los que no tienen otro apoyo que la palabra ó el poder de los hombres. Mas no esperimentaremos esto, si nos fundamos en la bondad y en las promesas de Dios, las cuales no pueden faltar, si nosotros antes nos faltamos.

8 En este descaecimiento espiritual, y en esta corrupcion del pecado en que nacen todos los hombres incapaces de hacer cosa alguna que pueda ser agradable á Dios, ni merecer la menor gracia de su bondad. Enfermos, pecadores, enemigos de Dios.

9 Anunciado por los profetas, y esperado despues de tantos siglos por los fieles. S. GERÓNIMO.

Ephes. 11, 18.-b Jacob. 1, 3.-c Hebræor. ix, 14. 1, Petr. III,

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3 Y no solamente esto, mas nos gloriamos tambien en las tribulaciones : sabiendo que la tribulacion obra paciencia,

4 Y la paciencia prueba 5, y la prueba esperanza 6,

5 Y la esperanza no trae confusion 7: porque la caridad de Dios está difundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que se nos ha dado.

9

6 ¡Pues á qué fin Cristo, cuando aun estabamos enfermos, murió á su tiempo por unos impíos 10? 7 Porque apenas hay quien muera por un justo11: aunque alguno se atreva à morir por un bienhechor. 8 Mas Dios hace brillar su caridad en nosotros: porque aun cuando eramos pecadores, en su tiempo

9 Murió Cristo por nosotros pues mucho mas ahora que somos justificados por su sangre, seremos salvos de la ira por él mismo 12.

10 Porque si siendo enemigos fuimos réconciliados con Dios por la muerte de su Hijo: mucho mas estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida.

Y no tan solamente esto: mas nos gloriamos tambien en Dios 13 por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliacion.

12 Por tanto así como por un hombre entró el pecado en este mundo, y por el pecado la muerte; así tambien pasó la muerte á todos los hombres por aquel, en quien todos pecaron 14

13 Porque hasta la ley el pecado estaba en el mundo mas no era imputado el pecado cuando no habia ley 15.

14 Esto no obstante reinó la muerte desde Adam

10 Por unos impios como nosotros, que á la corrupcion de nuestra naturaleza hemos añadido una infinidad de pecados actuales de malicia ó de impiedad, Y S. AGUSTIN Epís. LIX, ad Paul. Hos dixit impios quos infirmos.

11 Hace oposicion al v. precedente; porque por un bienhechor ha habido quien dió la vida; pero no por un justo, y mucho menos por pecadores, como lo hizo Cristo.

12 Si Cristo murió por nosotros cuando aun eramos enemigos de Dios, ¿cuánto mayor motivo tendremos ahora, que hemos sido justificados por el precio infinito de su sangre, de la condenacion eterna, que es el último efecto de su ira de esperar que por lo méritos del mismo nos preservará Dios sobre los pecadores?

15 Nos prometemos y hacemos alarde, que Dios nos lo dará todo por los méritos de Jesucristo, que es el mas firme fundamento de esta grande confianza.

14 Aquí queda suspenso el sentido por un paréntesis hasta el v. 18, en que acabará la comparacion.

15 El pecado no era imputado á los hombres como una transgresion y un desprecio formal de la voluntad de Dios, que les hubiese sido declarada por la imposicion de pena determinada; pero era castigado con pena eterna, como efecto de la voluntad corrompida. Los Judíos á quienes Dios habia declarado su voluntad, habiéndoles dado una ley escrita y penal, eran además prevaricadores y transgresores, cuando desobedecian á esta ley. Mas los infieles cuando hacian lo que condena la recta razon, eran castigados como violadores de la ley natural: y no como transgresores de una ley penal, que los sujetase á castigos legales y determinados.

18.

etiam in eos, qui non peccaverunt in similitudinem prævaricationis Adæ, qui est forma futuri.

15 Sed non sicut delictum, ita et donum. Si enim unius delicto multi mortui sunt: multò magis gratia Dei et donum in gratia unius hominis Jesu Christi in plures abundavit.

16 Et non sicut per unum peccatum, ita et donum. Nam judicium quidem ex uno in condemnationem: gratia autem ex multis delictis in justificationem.

hasta Moysés, aun en aquellos que no habian pecado una transgresion semejante á la de Adam 1, el que es figura de aquel que habia de venir.

15 Mas no es el don como el pecado. Porque si por el pecado de uno murieron muchos : mucho mas la gracia de Dios y el don por la gracia de un solo hombre, que es Jesucristo, abundó sobre muchos.

16 Y no fue el don, como el pecado por uno ! Porque el juicio á la verdad fue de un pecado para condenacion: mas la gracia fue de muchos delitos para justificacion 6.

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ABRAHAM CIRCUNCIDANDO A SU FAMILIA.

17 Si enim unius delicto mors regnavit per unum: multò magis abundantiam gratiæ, et donationis, et justitiæ accipientes, in vita regnabunt per unum Jesum Christum.

18 Igitur sicut per unius delictum in omnes homi

1 Como los niños, que solo tenian el pecado original, y los otros hombres, los cuales aunque reos, no lo eran como Adam. S. AGUSTIN de Bapt parv. Lib. 1, Cap. XI.

2 De Jesucristo, á quien S. PABLO en otro lugar llama el segundo Adam; porque como Adam comunicó á sus hijos una vida de pecado, así Jesucristo dió á los suyos una vida de justicia.

3 Parecia natural que el Apóstol volviese á tomar aqui la comparacion que comenzó en el v. 12, mas habiendo dicho en el v. 14, que Adam era la figura de Jesucristo, parece que se reprende á sí mismo, haciendo ver antes de pasar adelante, que los bienes que nos granjeó Jesucristo son mucho mayores que el mal que nos causó Adam. Y así dice: Es grande la diferencia que hay entre la gracia que comunica el nuevo Adam, y el pecado del viejo, que contraen todos los hombres que nacen, y que los sujeta á la muerte; puesto que la gracia en aquellos á quienes se comunica, causa efectos mas estupendos para el bien, que el pecado de Adam para el mal. El plures aquí no es comparativo: Y así el Griego dice: sis olhos, in multos.

17 Porque si por el pecado de uno reinó la muerte por un solo hombre 7: mucho mas reinarán en vida por un solo Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia, y del don, y de la justicia. 18 Pues como por el pecado de uno solo 10 cayeron

Los bienes que recibimos por la gracia de Jesucristo. 5 El Griego: diròs auapthoartos, por uno que pecó. 6 Porque si el delito de uno solo nos hizo culpables desde que fuimos concebidos, y por esto nos condenó Dios á la muerte, y á todas las penas que la preceden y que la acompañan; la gracia de la justificacion nos es comunicada por los méritos de Jesucristo, no solo despues de aquel primer pecado, que hemos contraido en Adam por nuestro primer origen, sino despues tambien de una infinidad de pecados actuales, que hemos cometido.

7. Esta es una consecuencia del v. precedente.
8 Eterna y bienaventura da.
9 MS. E de donadio.

10 El Griego: Siivos аρажτóμаtos.... por un pecado, etc., 8i iros Sikatalóμatos, por una justificacion. Para la inteligencia literal de este versículo, debe suplirse lo que por la figura elipsis falta de este modo: Sicut per unius delictum in omnes homines reatus pertransiit, etc. Sic et per unius justitiam donum gratiæ pertransiit in omnes homines, etc, Aqui vuelve á tomar el Apóstol la comparacion del v. 12.

nes in condemnationem: sic et per unius justitiam in, todos los hombres en condenacion: así tambien por omnes homines in justificationem vitæ. la justicia de uno solo, irán todos los hombres en justificacion de vida.

19 Porque como por la desobediencia de un solo

19 Sicut enim per inobedientiam unius hominis, peccatores constituti sunt multi: ita et per unius obe-hombre muchos fueron hechos pecadores: así tamditionem, justi constituentur multi. bien serán muchos hechos justos por la obediencia de uno solo. 20 Y sobrevino la ley 3, para que abundase el peca

20 Lex autem subintravit ut abundaret delictum.

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entre Adam y Jesucristo, la cual se reduce á este punto capital: Que la justicia y la obediencia de Jesucristo han dado la salud y la vida á aquellos, á quienes el pecado y la desobediencia de Adam habian precipitado en la muerte y en la condenacion. En el v. 12 dice, que el pecado entró en el mundo por un hombre solo, y habla de solo Adam: porque aunque Eva contribuyó en su manera á la propagacion del pecado; pero el Apóstol lo atribuye al hombre, como cabeza y primer principio, que es de esta propagacion. Prosigué diciendo, que por el pecado vino la muerte, esto es, la del cuerpo, y la del alma; que es el mismo pecado. Añade, que la muerte pasó á todos los hombres, esto es, que todos los hombres, que descienden y descenderán de Adam hasta el fin del mundo por la via de la generacion ordinaria, están sujetos y quedan condenados á morir por aquel solo en quien, como cabeza, principio y raiz del género humano, pecaron todos; y en cuya naturaleza corrompida han contraido todos los hombres, y continuarán contrayendo de padres à hijos el pecado original, al paso que por la generacion vayan participando de esta naturaleza corrompida: al modo que el vicio, que se halla en la raiz de un árbol, se comunica á todas sus ramas y frutos. Quedando preservada de la comun culpa la beatisima Virgen Maria. Concilio de Trento Sess. v.

do. Mas cuando creció el pecado, sobrepujó la gracia.

21 Para que como reinó el pecado para muerte: así tambien reine la gracia por justicia para vida eterna por Jesucristo nuestro Señor.

Por el mérito de la justicia y de la santidad de un solo Hombre Dios, reciben los hombres la remision de los pecados, la justicia interior, la santidad, que los conduce á la vida eterna. 2 Todos. MS. Por el desobedimiento, etc., y despues, obedicimiento.

3

La ley fue puesta entre el pecado de Adam, y la redencion de Jesucristo; y bajo de ella se cometieron mayores pecados, y en mayor número, que los que habian sido cometidos desde Adam hasta Moysés: no porque el fin de la ley fuese que se multiplicasen los pecados; antes por el contrario fue dada para poner freno al desarreglo de los hombres. Mas como la ley, cuando es sola, no hace mas que irritar los malos deseos; el designio que tuvo Dios dando la ley, fue el de bumillar el orgullo del hombre, convenciéndole con sus propias caidas de la estremada flaqueza, á que le habia reducido el pecado, y haciéndole conocer, que tenia necesidad de otro remedio mas poderoso que la ley, para ser curado de sus llagas. S. AGUSTIN Y STO. THOMAS.

Cuyo principal efecto es purificar los hombres de sus delitos, y poner en su corazon deseos eficaces de vivir santamente, para que lleguen á la posesion de la eterna felicidad en la gloria por los méritos y gracia de Jesucristo.

Capítulo VI.

Por el uso y fin del bautismo muestra que la justicia que recibimos en Cristo, es nuestra santidad. Nueva vida, en la cualha de vivir todo cristiano, obedeciendo á Dios, y conservándose puro en su presencia.

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1 En el bautismo, renunciando al pecado solemnemente. ¿Cómo seremos tan desatinados, que le hagamos aun vivir en nosotros, volviendo á él? ¿O cómo pretenderemos vivir á la gracia, continuando en los desórdenes antiguos?

2 Que los que nos hemos unido con Jesucristo por el bautismo, como los miembros con su cabeza, lo hemos sido para ser semejantes å Jesucristo muerto, puesto que hemos muerpor el bautismo á cuanto es pecado.

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La muerte de Jesucristo, su sepultura y resurreccion, son el principio y el modelo de nuestra muerte al pecado, y de nuestra resurreccion á la justicia. El bautismo para nuestra alma es lo que la cruz y el sepulcro fue para Jesucristo. Su cuerpo murió en la cruz à la vida mortal y corruptible que traia de Adam. Despues de haber sido depositado muerto en el sepulcro, salió vivo de él con una vida nueva, inmortal é incorruptible. Así el hombre por el bautismo muere á la vida del pecado, que trae de Adam. El agua del bautismo es como el sepulcro, en donde ha sido enterrado, y de donde ha salido con una vida nueva de justicia, que le ha sido dada por Jesucristo por el poder admirable, y lleno de gloria de su Padre.

Unidos, é incorporados con Jesucristo, como lo es la pua, que se ingerta en el tronco, para morir y para resucitar, como él y con él, segun queda referido.

5 SAN PABLO distingue en nosotros dos hombres, el viejo y el nuevo. El hombre viejo, que llama tambien el cuerpo del pecado, es la concupiscencia, principio funesto de toda suerte de pecados, y llamado por esta razon el cuerpo del pecado. Y como esta concupiscencia ejerce principalmente su imperio por medio de los sentidos y de las pasiones, valiéndose del ministerio del cuerpo; por esta razon Jesucristo,

a Galat. nr. 27-b Coloss. r, 12. Ephes. iv, 25. Hebræor. xi,

1 ¿ Pues qué diremos? ¿Perseveraremos en el pecado, para que crezca la gracia?

hemos muer

2 No lo permita Dios. Porque los que to al pecado, ¿cómo viviremos aun en él?

30 no sabeis, que todos los que hemos sido bautizados en Jesucristo, hemos sido bautizados en su muerte?

4 Porque somos sepultados con él en muerte por el bautismo: para que como Cristo resucitó de muerte á vida por la gloria del Padre, así tambien nosotros andemos en novedad de vida 3.

5 Porque si fuimos plantados juntamente con él á la semejanza de su muerte: lo seremos tambien á la de su resurreccion *.

6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre ha sido crucificado juntamente con él, para que sea destruido el cuerpo del pecado, y no sirvamos ya mas al pecado 5.

7 Porque el que es muerto, libre está del pecado ".

8 Y si somos muertos con Cristo: creemos, que juntamente viviremos tambien con Cristo 7:

9 Ciertos, que habiendo Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará mas de él.

10 Porque en cuanto al haber muerto por el pecado, murió una vez mas en cuanto al vivir, vive para Dios 10

11 Así tambien vosotros consideraos, que estais de cierto muertos al pecado, pero vivos para Dios en nuestro Señor Jesucristo.

12 Por tanto no reine el pecado11 en vuestro cuerpo mortal 12, de modo que obedezcais á sus concupiscencias 13

13 Ni ofreceis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad: mas ofreccos á Dios, como resucitados de los inuertos y vuestros miembros á Dios, como instrumentos de justicia 14.

segun S. PABLO, crucificó juntamente consigo nuestro hombre viejo; porque su carne, semejante esteriormente á la nuestra, aunque muy santa y muy pura, representaba sobre la cruz nuestro cuerpo inficionado por la concupiscencia, manifestando que lo crucificaba en nuestro nombre.

6 El que ha muerto por el bautismo, no está ya debajo de la servidumbre del pecado. Un esclavo cuando muere, queda libre de la esclavitud en que estaba.

7 Con la nueva vida de la gracia.

8 MS. Sabientes, que Christo resucitante.

9

Porque siendo de infinito precio el mérito de su muerte, bastó que muriese una vez para destruir el pecado.

10 Mas en cuanto á la vida que tiene ahora despues de su resurreccion, vive para Dios: vive una vida toda divina, inmortal y gloriosa.

14 Por el pecado se entiende aquí y mas adelante la concupiscencia, esto es, la inclinacion violenta que tenemos á amarnos, á referirlo todo á nosotros, á amar á las criaturas por si mismas, á buscar en ellas, y no en Dios nuestra felicidad. S. PABLO la llama pecado, porque viene del pecado, y nos inclina á él.

12 Y como tal espuesto á toda la corrupcion y miseria. El cuerpo es como el asiento y morada de la concupiscencia ; y los miembros del cuerpo son las armas, de que se sirve para combatir contra el espíritu.

13 La concupiscencia permanece en el hombre aun despues del bautismo: mas no reina en él, á no ser que el hombre se haga nuevamente su esclavo, obedeciendo voluntariamente à sus deseos desarreglados.

14 Sirviéndose de ellos como de instrumentos para practicar obras de justicia y de piedad.

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